Un consultor ofrece desarrollar metodologías de trabajo temporales que implican resultados e impactos de larga duración en los procesos de la empresa asesorada.

Un aspecto destacable del consultor es que necesariamente posee una perspectiva diferente, a la que que prima en la organización, al ser un profesional externo. Dicha perspectiva diferente, en un trabajo siempre en conjunto con la dirección empresarial, posibilita gestionar el cambio estratégico y la reingeniería de procesos requeridas en las áreas organizativas objetivo con una impronta innovadora.

Finalmente, el trabajo de consultoría tiene un plazo temporal con un objetivo certero a desarrollar, que como todo servicio que se contrata esta asociado su pago a la probada implementación del trabajo y obtención de los resultados esperados. Lo que genera un seguro contractual para la empresa de quedar satisfecha con la mejora realizada.